lunes, 6 de febrero de 2012


A quien no le gusta almorzar un casado con pescado, o un pescado entero con ensalada y papas fritas?
Si le preguntáramos a un promedio de 10 personas, 9 nos respondería que si les gusta y si lo consumen, pero, saben las personas que es lo que están comiendo, que tanto daño se le está haciendo a la naturaleza o, si la especie que se consume esta en algún tipo de peligro de extinción.

De hecho, se estima que algunas de las especies comerciales se encuentran por debajo de un 1% respecto a sus existencias de hace unas décadas, con los consiguientes conflictos entre países y comunidades pesqueras.
Como consecuencia, miles de pescadores se han quedado sin trabajo en países como Canadá o España, o bien, sin irnos tan lejos, podemos ver la problemática que existe actualmente en nuestro país, que por lo general son personas que viven en zonas urbano marginales, costeras, en las cuales la pesca es la mayor fuente de trabajo, y por el agotamiento de bancos de peces permitidos a la pesca para la venta, se están viendo obligados hacer desaparecer sus flotas y por ende, a quienes laboran en ellas.
El conjunto de la fauna marina se encuentra hoy en una situación de auténtico peligro lo que repercutirá en la calidad de vida de la especie humana ya que, entre otras cosas, el mar provee del 50 % del oxígeno que respiramos y constituye un filtro para la contaminación, además de ser una fuente de alimento esencial.
Se calcula que el 30 % de las especies marinas que se pescaban ya se ha colapsado, lo que significa que su número total se ha reducido en un 90 % desde 1950 y que, si no se toman medidas urgentes, las especies que en la actualidad capturan las flotas pesqueras entrarán en situación de colapso antes de 2050.
Desde hace más de 20 años las pesquerías mundiales han sufrido un franco deterioro  debido a la sobre pesca.  La Organización de las Naciones Unidas (ONU) actualmente reporta que más del 70% de las pesquerías globales están sobre explotados o a punto de serlo, comparado con un 5% reportado hace 40 años.
Ante el agotamiento de los recursos pesqueros, la respuesta de los administradores oficiales de la pesca alrededor del mundo ha sido incrementar el esfuerzo pesquero, ya sea en la forma de más y mejores barcos, o el uso de tecnologías más sofisticadas y destructivas, sin contemplar las sostenibilidad de los recursos pesqueros explotados ni el efecto a mediano y largo plazo sobre las especies marinas amenazadas, tales como, aves marinas, tortugas marinas, mamíferos marinos, tiburones, un sinfín de especies. La falta de regulaciones, o bien, la falta de voluntad política de hacerlas cumplir, son factores que contribuyen a la crisis actual.
Una de las preocupaciones más grandes actuales es la expansión de la actividad pesquera a niveles muy grandes en alta mar durante los últimos 20 veinte años. Muchas zonas en nuestros mares y cabe decir, nuestras zonas protegidas están ahora sujetas a un esfuerzo pesquero intensivo y descomunal, sin precedentes en la historia.
Ante la preocupación internacional y de cada uno de los gobiernos sobre el destino de los recursos pesqueros, la sobrevivencia de las especies marinas amenazadas, y el bienestar social mundial, se han hecho muchas leyes de protección, las cuales todo el sector pesquero debe de respetar y velar para que se cumplan al pie de la letra, entre la cual se encuentra el Plan de Acción Internacional Para el Manejo de Tiburones.
A raíz de esto, se han formado muchas organizaciones no gubernamentales las cuales luchan para que las leyes sean cumplidas y para que se respeten las zonas mundialmente protegidas, como lo es PRETOMA entre otras, la cual trabaja activamente con el sector pesquero nacional en la implementación del Código de Pesca Responsable de la FAO.
Esta organización está haciendo una labor muy fuerte en nuestro país el cual se puede ver reflejado en estos proyectos que se están dando:
Proyecto DET: Trabaja con la Cámara Puntarenense de Pescadores en el diseño e implementación del Dispositivo Excluidor de Tortugas o DET.  Esta tecnología evita la captura y muerte de tortugas marinas durante la operación pesquera de camarón por arrastre.
Proyecto Playas del Coco:  Trabajan con Papagayo Seafood y Nutria Marina S.A, con sede en Playas del Coco, Costa Rica, evaluando el impacto de la pesquería pelágica de palangre sobre las tortugas marinas y los tiburones.  Además, estamos introduciendo tecnología (desanzueladores) que facilita la liberación de los organismos marinos capturados con anzuelos, mitigando el impacto del palangre sobre los mismos.
 Proyecto Artesanales: Trabajan con la Asociación de Pescadores Artesanales de Punta Guiones, que operan dentro del Area Marina Protegida del Refugio de Vida Silvestre de Ostional, evaluando el impacto de esta pesquería sobre los recursos marinos que protege el Refugio. A la vez, estamos introduciendo tecnología (desanzueladores) que facilita la liberación de los organismos marinos capturados con anzuelos, mitigando el impacto de sus artes de pesca sobre los mismos.
Rastreo Satelital: Estamos rastreando por medio de satélites a las tortugas marinas que fueron capturadas con palangres y luego liberadas.  Esta tecnología nos sirve para determinar la mortalidad post captura y la eficiencia de las tecnologías que liberan a las tortugas marinas de los anzuelos. Pronto realizaremos estudios similares con tiburones.
 PRETOMA está dirigiendo un proyecto para fomentar la pesca responsable en la costa Pacífica de Centroamérica.
Somos conscientes de los buenos deseos de estas entidades, que hacen su trabajo sin fines de lucro, y que han logrado muchos de sus objetivos en nuestro país y en el mundo entero en conjunto con entidades que buscan un bien común.
Pero esto no tiene que quitarnos la piedrita que tenemos en el zapato, no podemos dejar todo en manos de estas entidades, que si bien logran hacer mucho, no es suficiente, cada quien tiene el derecho y la responsabilidad de cuidar lo suyo, lo nuestro y lo de todos, todo comienza en nuestros hogares, en el respeto por lo que nos da de comer, el respeto por el conjunto de seres que no saben que existimos, pero que de una u otra manera espera algo de nosotros, nos están pidiendo con un grito silencioso que hagamos algo por los ecosistemas y por nuestra vida marina, todo es un circulo, ellos nos dan y nosotros les retribuimos.

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